De penalti y Expulsión, esta es la descripción que hace mi cuñado el pequeño (N.T.: «Tato Oche» según el minibicho) del estado en el que me case.
A mi no me gustan las bodas, no me gustan los vestidos de novia (que si los vestidos de fiesta largos y carísimos…no confundamos los términos), no me gusta el tener que «quedar bien» con gente que no me gusta, no me cae bien, hace mil años que no veo o no conozco prácticamente de nada; no me gustan los sitios de bodas (me parecen artificiales y moñas), no me gusta que me hagan fotos, vamos que no me gustan las bodas y la mía no era una excepción.
Por suerte para mi, el papá del minibicho es un “rancio” igual que yo y tampoco le gustan estas cosas por lo que durante años (18 para ser exactos) nos resistimos con uñas y dientes a tal echo, frete a las hordas familiares deseosas de vestirse de tiros largos y gritar eso de “Vivan los novios” y que es otra de las cosas que detesto de las bodas, a lo que iba, pues llego el año 2011 y nos quedamos embarazados y claro las madres y abuelas se tiraron de nuevo al ruedo al grito de “Pero como no os vais a casar…aun que sea por el juzgado hombre, que luego el papeleo es un lío con el niño…, sino es por vosotros es por en niño…” y un largo etcétera de excusas a cual más variopinta.
Pero ¡Ohhh circunstancias de la vida!, que el papá del minibicho es un tío cuadriculado práctico y le dio por ver como teníamos que hacer para registrar al enano y un montón de temas legales más y decidió también que era hora de convencerme de que teníamos que casarnos definitivamente, tengo un bonito anillo de pedida de dos años antes de casarnos…pero esa es otra historia. Pues allí que se puso con sus mejores “artimañas” a tratar de convencerme y yo a buscar todas las excusas del mundo, porque no quería “una boda” (soy más de los dos al juzgado con dos testigos, firmar y a casa), pero el me decía que como íbamos a hacer eso, pobres tus hermanas y tu madre, y su madre, y su padre…y entonces yo reculaba, y mi barriga iba creciendo y el como el “grifo que gotea” pin-pin-pin con el tema, un día y otro, hasta que cedí, pero bajo mis condiciones:
- Lo celebraríamos en casa de mi suegro, el Dr. Ojitos
- Nos casaríamos por lo Civil
- Yo me encargaría de montarlo
- Solo nos encargaríamos nosotros de hacer las cosas
- Nadie más podía opinar
Y acepto, y ahí comenzó la aventura de montar una boda en 3 meses, si habéis oído bien, preparamos la boda en tres meses, me case 12 días antes de salir de cuentas.
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