Tengo miedo, miedo de no volver a poder hacer deporte, de no poder volver a bailar, de que mi espalda haya dicho «hasta aquí guapita y que se doble pirri que yo paso«, miedo a meterme en un quirófano para quedar peor que estoy, no quiero, y voy a hacer todo lo que este en mi mano, más bien en mi espalda para no tener que pasar por quirófano, pero el «Dr. Ojitos» ha hablado, ha dado su diagnostico y ahora solo me queda que el especialista en columna se apiade de mi y tenga un remedio que no sea «soldarme la raspa».
Después de tener al Minibicho dejé de hacer ejercicio (falta de tiempo, perrez, curro a saco…lo que sea pero no me muevo) y mi espalda que ya estaba tocada de los esfuerzos físicos, una dorlosis de flipar y la hiperlaxitud pues ya tienes el kit completo para que duela si no estoy «cachas«, así que después de 3 años sin hacer «ni el huevo» al parecer me he «roto» definitivamente, me he hecho un pedazo de hernia al final de la raspa de «flipar» (vertebra L5-S1 para más datos), más la artrosis en varias vertebras y el síndrome facetario, si que pasa yo cuando me «rompo» me rompo de verdad, pues eso que estoy «jodida».
Lo peor de esto es el miedo que me produce perder mi movilidad, sobre todo mi flexibilidad (aunque la he perdido casi toda) y la razón el ballet, solo los más cercanos saben el amor que siento por el ballet, para mi es «lo más», lo más bello, lo más espectacular, lo más gratificante, lo más doloroso (os invito a calzaros unas puntas 2 minutos), lo adoro, adoro bailar, me hace sentir excepcional, pero bailo solo para mi, yo sola, no me gusta que vean bailar, me da una vergüenza extrema que alguien me vea, pero no me gustaría tener que dejar de hacerlo.
Desde muy pequeña soñaba con ser bailarina, pero no puedo ser, las circunstancias no permitieron que pudiera ir a clase, cuando tenia 14 o 15 años tuve la oportunidad de dar clases durante un año entero con Carmen Roche a través de un amigo de mis padres y fue una experiencia increíble, no puedo explicar muy bien como me siento cuando bailo pero es un autentico «subidón«.
Por eso, ahora que tengo que enfrentarme con esto me cuesta tanto, pienso en la operación, en la recuperación, pienso en mi peque y en cogerle en brazos, pienso en la natación, la bici, el esquí, la escalada, en el yoga, en bailar y en todas esas cosas que me gusta hacer y que no se si podré volver a hacer y se me hace un nudo en la garganta, ahora solo quiero pensar que el especialista tendrá un remedio mágico y no tendré que pasar por un quirófano…porque tengo miedo de no volver a ser yo.
Deja un comentario